“Españoolesss…Queda inaugurado este pantano”. (Aplausos…más aplausos….) Tiempos aquellos en los que “El Generalísimo” inauguraba uno tras otro.
Esta entradilla, que más que nada me hace gracia y casi no viene ni a cuento, rompe un poco la cintura y Gonzalo siempre la contaba.
Seguro que los que en algún momento comenzaron la tramitación del papeleo para la construcción de su vivienda entenderán este artículo. Esto es como lo de los hijos: hasta que llega el momento del parto uno no sabe…su tamaño.
Pongamos un ejemplo: vivienda unifamiliar situada en un terreno edificable pero que está cerca de un regatillo. Uno de esos que en inviernos muy duros de lluvia suele llevar un cauce que se lo salta hasta “el cojo manteca”.
Además tenemos la vía rápida esa que nos lleva desde aquí hasta allí, igual que antes, pero con una valla que los vecinos van desmontando a pocos según sus necesidades: las de los vecinos.
Y, por su fuera poco, nuestra casita tan deseada se situará en una zona afectada por la…¡LEY DE COSTAS!.
Comenzaremos por tramitar nuestro proyecto en el Concello para que, a su vez, este nos solicite las diferentes y pertinentes autorizaciones previas a los Organismos correspondientes, que podrían ser: la autorización de la Confederación Hidrográfica del Norte (para el regato potencialmente peligroso de una Avenida de los 500 años), la del Organismo Competente de la Carretera (Estado, Xunta, Diputación), la del Organismo encargado de velar por nuestras costas. Y así podríamos seguir con la autorización previa de Patrimonio, la de la Comisión Provincial de Urbanismo… Por cierto: todas las tramitaciones, incluida la de la propia Licencia por parte del Concello se deberán de cumplimentar en…¡3 meses!. Bueno, no entiendo el motivo de esa pícara sonrisa.
La Ley de Costas se crea, entre otras causas, porque “…España es uno de los países del mundo donde la costa, en el aspecto de conservación del medio, está más gravemente amenazada, y hora es ya de poner fin a su grave y progresivo deterioro…”
Tomemos nota: «país del Mundo»…»Gravemente amenazada»…»Ya es hora de poner fin». Vamos, que analizando, analizando…Tenemos un privilegio que es la costa, pero está amenazada y vamos a ponerle fin. ¡Ya-está-bien!
Hasta aquí todos de acuerdo. Bueno…todos…todos. Ese señor que tiene un letrerito en el camino que dice “paso privado” y que lleva hasta SU (que el abuelo se acuerda cuando era NUESTRA) playa, ya tuerce un poco la nariz…¡oye (Político Tal)! ¿no pasará nada, verdad?, coño, mientras yo esté aquí no, Ciudadano Cual, que para eso están los amigos. Y ese otro que pesca desde el mismo jardín de su chalecito en Patos y nos limita nuestro paseo costero, tampoco se inquieta porque ¡isto levache aquí toda a vida!
Porque claro, a la Ley y a sus creadores les es más fácil, pero que muchísimo más, marear y prohibir a los “nuevos aspirantes a residentes” que a los “inquilinos de renta antigua” (aquí hay que acordarse del revuelo montado por la “Ley Boyerquetepegoleche”.
Como te digo. Escucha. Lo mejor es tomar cartas en el asunto, pero a partir de ahora. Una especie de borrón y cuenta nueva.
De acuerdo. A partir de ahora perseguirán implacablemente (bueno, sin exagerar y dependiendo de su currículum) al clandestino, a todo tipo de nueva construcción y a las demás actuaciones que se acerquen al litoral. Cierto es que, en general, el que va de ilegal tiene una mejor escapatoria, como los insolventes a la hora de pagar impuestos y accidentes de tráfico.
Ponerse a derribar casas y cosas es de muy mal gusto y además levanta mucho polvo: físico, periodístico y “votístico”.
Lo que no alcanzo a entender es que pinta el pabellón enarbolado de la foto (que por cierto tiene hasta árboles, lo digo por lo de en-arbolado).
Será que:
a)es muy antiguo y ya lleva ahí toda la vida, o
b)es mejor no tirarlo porque sería costoso, peligroso físicamente y supondría unas fuertes indemnizaciones.
Será por eso. Seguro. Si es que soy muy mal pensado.
Salceda de Caselas, 15 de julio de 2004
arquitecto. rafa VALE
www.pechadura.com